17/2/15

Rutina

                          

                                                          RUTINA

Dos horas para llegar a donde cumple su labor, Ocho horas diarias y al fin la salida, dos horas para volver. Su reencuentro con los niños a bañarse y a cenar, solo queda dormir antes de regresar a la rutina.En la cama con ella, ella lo empuja como para hacerle saber de que está cansada, de lavar y de planchar, de cocinar, de sacudir y barrer, de lidiar con los niños, de ser una mujer de casa, que no quiere hacer nada que implique movimiento, le ofrece una caricia, un beso y se da la vuelta. Apaga la luz para que la esperanza no se aleje mientras la oscuridad le muerde la conciencia y el silencio le susurra que no podrá escapar, que no será otra cosa, que no puede ser otro, que no puede ser.


Ya nada importa porque la noche lo destroza con sigilo y a traición. De la conspiración secreta de las horas surge la verdad que se desliza como una luz en imposibles pasadizos que llegan a su mente, le gritan, lo sacuden, que se levante de donde está, que aún no está vencido, que está más vivo que nunca.Que ha sobrevivido a las tinieblas de su propio yo, toma la pluma y escribe en el papel el sonido de su alma, es como el principio del día una nueva oportunidad pero en el fondo sabe que es como una pesadilla que no tiene final. 





                                                                                               Pablo Fogos





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