MARGINAL
En
las oscuras calles se esconde la rapiña se incuba desde el coito debajo de las
chapas, no los cubrirá en su perra vida los buenos trapos, ni los buenos
libros, ni los buenos vinos.
Comerán
a dentelladas una buena carne cuando se dé un buen golpe a una buena presa.
Criado con el ruido de la lluvia en los techos mirando las correntadas de la
inundación llevarse sus miserias queridas, una mesa, una silla, un ropero.
La
mala droga o las sucias jeringas, pastillas y alcohol, ellos saben que no hay
sueños debajo de los charcos,
ellos
saben que están del otro lado que jamás serán la clásica postal; abrazada la
pareja de ojos claros frente a una hermosa casa mientras los niños rubios
juegan con un perro de raza en un amplio y verde jardín.
Será
su casilla su mansión y un perro flaco y callejero que no deja de rascarse en
un patio lleno de latas, botellas y cartón.
Cuando
no alcanza lo que se vende hay que esperar algún descuido un billete que rasguñar pero será de Dios! se dice: lo
que la vida no les dio porque ello no lo buscaron no supieron cómo, no los
ayudaron y no fueron escuchados no sabían expresarse se quedaron solos no hubo
educación para que parafrasear lo que dice la constitución.
Hoy
son empleados de la mentira de los que gobernaron y gobiernan administrando los
carteles que protegen sus cocinas de drogas, haciendo la parodia de
persecuciones y seguridad.
Tras
el cristal de la hipocresía se ve al establishment y a la sociedad. Las
cárceles no son la solución, más escuelas, una mejor educación que brinde
oportunidades, tal vez solo sea un delirio de un escritor marginal.
Se
puede ser pobre y honesto eso es verdad pero es fácil decirlo del otro lado de
la realidad.
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